Tu coronación por Reina de Cielos y Tierra

 

Emma-Margarita R.A. -Valdés

 

 

Eres reina en la tierra y en la gloria,

por derecho adquirido y natural,

por promesa y justicia original,

por luchar junto al Rey de la victoria.

Fue tu entrega la causa decisoria

que libró al hombre del poder del mal,

dio la ascética al mundo material

y la mística al curso de la historia.

Tu corona forjada en sufrimiento

es joya de infalible religión

que riela bajo el Sol de la hidalguía.

Se inaugura la entrada al firmamento

con su resurrección y su ascensión,

y es tu asunción herencia de alegría.

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Eres madre, eres hija, eres esposa,

el Rey de Reyes te ama y te entroniza,

conviertes en diamante a la ceniza

por ofrecerte sierva respetuosa.

En tu arcilla sufriente, dolorosa,

la descendencia humana se bautiza.

Derribas la barrera fronteriza

y eres puerta oriental ancha y hermosa.

Te engrandeció el Señor por tu humildad,

porque su paternal amor te sacia

y una morada halló en tu corazón.

Señora de suprema dignidad

te designa, en el orden de la gracia,

a ser el puente de su compasión.

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Gozas de realeza espiritual,

en conciencia, en sentido propio, estricto,

tu castillo se ha mantenido invicto

y tu solio es eterno, excepcional.

Riges lo natural y temporal,

por el omnipotente veredicto

y el justo permanece fiel, adicto,

redimida la culpa original.

Reinas sobre los ángeles y santos,

apóstoles, patriarcas y profetas,

concebida sin mancha de pecado

La creación alaba tus encantos.

Gobiernas, guías, todo lo sujetas.

¡Servir y amar a Dios es tu reinado!