Virgen de la Soledad: llévame en tu compañía

 

Federico Acosta Noriega

 

 

Descansa en tus brazos 
su cuerpo dormido; 
por fin se ha rendido 
su cuerpo al dolor. 
Tus manos sostienen 
al Hijo ya inerte 
que encuentra en su muerte 
su trono de amor. 

Y el último beso 
que ofrece gozoso 
tu rostro lloroso 
quedó entre los dos 
y el último beso 
de madre amorosa 
se convierte en rosa 
que ofreces a Dios. 

El trono del alma mía 
yo te ofrezco de verdad 
porque eres la Reina mía. 
Virgen de la Soledad 
llévame en tu compañía.