Mirada omnipresente

 

Padre Jesús Martí Ballester

 

 

En tu presencia
me siento amparado,
si miro tu rostro
quedo embelesado;
te eligió el Señor para Madre
eres Madre, Madre, Madre...
Nos llevas en tu seno
y alimentas con tu vida
la que recibes del Hijo,
nuestro Hermano;
¡Madre! No estamos nunca solos
 tu Corazón oceánico
se abre y se multiplica,
rosa de oro, tulipán granate.
 
Te miro hermosa, limpia,
inocente, perfumada
¡qué bella te veo, Esposa!
¡cuánta gracia derramada en tu ser ingenuo, santo
 para que tus rosas blancas las repartas con tus hijos,
con nosotros!
 
¡Oh! ¡qué bella es María! 
Caer en su corazón de fuego, 
Caricia celestial, 
 entusiasmo radiante, 
mirada omnipresente de Madre.