Silencio

 

        María Velázquez Dorantes        

     

Silencio, arrullo del mar, gaviotas blancas, piel de seda…manos suaves sufren en el duelo de tú amado hijo.  

Silencio, arrullo del amor, gaviotas blancas volando por el Gólgota de frente a la Cruz de tú amado hijo.  

Silencio, arrullo de sol, eterno camino de arena quebradiza en tus pies dolorosos por la Cruz de tú amado hijo.  

Silencio, arrullo del medio día, donde el milagro de vida se encarno en la muerte dolorosa de tú amado hijo.  

Silencio, arrullo de la tierra cuando esta se abría por el traspaso de su costado, herida de sangre y agua de tú amado hijo.  

Silencio, arrullo del pretorio ante la corona de espinas, silencio es lo que en tú corazón guardaste madre mía al ver la sangre de su frente de tú amado hijo.  

Silencio, arrullo de tú voz cuando se sacudían los azotes que Cristo recibía por los pecados del mundo, silencio madre mía, es lo que nos enseñas todos los días.  

Silencio, arrullo del camino salvador porque Juan te adopto como Madre, mientras que el discípulo te abrazaba para consolar tú dolor.  

Silencio, arrullo de cuaresma tiempo de preparación para encontrar en Cristo en medio de la Cruz el árbol santo que nos brindó la Resurrección.  

Silencio, arrullo de María para consolarnos de nuestras de penas aunque estas sean menores que los dolores  de tú corazón.