Virgen del Pilar

 

Emma Margarita R.A.-Valdés

 

 

Por tu inmensa bondad
te ofrezco cuanto soy, Virgen María,
sembraste caridad
en mi tierra baldía
y ha brotado la fe en tu cercanía.

Hoy, muy cerca de ti,
quiero darte mi amor, Señora mía,
porque te conocí
cuando en nada creía
y rasgó el velo tu sabiduría.

Eres luz en el cielo,
un brillante refugio de alegría,
eres paz y consuelo,
maternal compañía,
limpio Sagrario de la Eucaristía.

Tú sabías que yo,
la humanidad soberbia, te heriría
y tu voz no tembló,
humilde dices "fiat",
palabra de esencial teología.

Te hiciste libre-esclava,
para servir a Dios con valentía,
y tu cuerpo encarnaba
la futura agonía
del martirio que el Hijo sufriría.

Fuiste Madre de amor
desde aquel venturoso único día,
transformado en dolor
para ti, pues latía
en tu fiel corazón la profecía.