Llanto por Jesús

 

Bernardo López García

 

¡Pobre Madre! Está llorando
al pie del santo madero.
El pueblo murmura fiero
por la montaña girando,
y ruge la mar hinchada,
y el huracán se embravece,
y el mundo entero estremece
las bóvedas de la nada..

Porque ella le vio nacer
sus ensueños realizando;
ella le durmió cantando
las endechas del placer.

Ella con ansia divina
dejó sus plácidos lares;
cruzó de Judea los mares,
las cumbres de Palestina.

y siempre del Hijo en pos,
le siguió amante y serena,
como sigue el alma buena
la sombra santa de Dios.

Hoy..., ¡pobre Madre!. .., lo mira
sobre el Gólgota sangriento,
suspiros lanzando al viento
que en torno del árbol gira.

Lo mira triste llorando
por el pueblo su asesino;
y oye su acento divino,
¡Perdón! ¡Perdón!, murmurando.

Templo y gloria respira,
arca de santo tesoro;
cáliz que' recoge el lloro
del pecador que suspira;
celeste y cándido lirio
por los ángeles cuidado;
puro clavel perfumado
con la esencia del martirio;
yo vengo, Madre, a besar
las estrellas de tu manto;
vengo a regar con mi llanto
los mármoles del altar.

Yo padezco a tu dolor;
lloro al mirar tu agonía;
yo tengo por ti, María,
rico manantial de amor.

Dame tu aliento fecundo;
quita el mal de mi memoria,
y yo cantaré tu gloria
para el cielo y para el mundo.