Avemaría

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

“Dios te Salve, María...” Todavía
repite fiel la humanidad entera
aquel saludo que Gabriel te diera
quemando lirios en la luz del día...

“Dios te Salve, María...” No cabría
otro mensaje que mejor fundiera
el Génesis remoto de la Esfera
con las trompetas de la Epifanía.

Estrella matutina que ascendiste
-para alumbrar nuestro destino triste-
del fondo del Edén y del Calvario...

En pos de tu dulzura y tu consuelo
¡sin darse cuenta sube el alma al Cielo
por las Avemarías del Rosario!