Antífonas de la Candelaria

 

Monseñor Pedro María Casaldáliga

 

 

I
¡Oh Patriarca que has visto, niño anciano
con la sorpresa de la Nueva Alianza
cumplida sobre el ara de tu mano!
¡Con qué alborozo, cuando el Sol alcanza
el sostenido ocaso de tu vida,
se derrama en tu barba florecida
la poscomunión de la esperanza!

II
Iahvé apaga el Viejo Sacrificio,
y muere en el gemido de las tórtolas
la voz caduca de la sangre...
Que el Niño es una hostia
pacífica y la Madre
celebra el Ofertorio, y en la boca
lenta de Simeón
la Profecía inmola.
(Tu Corazón se abre
al filo de la espada redentora.
Y a tus ojos ausentes
el viento bate una bandera roja...
¡Qué larga es la sombra del Calvario!)

El Niño es una hostia
pacífica y la Madre
celebra el Ofertorio, mientras
toda la voz caduca de la sangre muere
en el gemido de unas tórtolas