Retrato de María

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

No podemos vivir sin tu mirada,
Tu voz y tu llamada; es la brisa 
De tu rostro en quietud; es tu sonrisa
La que trae para todos alborada.

Y vamos tras tu diáfana llamada
Que al buen Jesús nos lleva, y que sumisa
Y en serena actitud, humilde avisa
Hacia el trono de luz, subir la grada.

Con santa voz mi corazón bendiga 
Tu paz, amor, modestia y gravedad,
Y avance confiado en tu piedad

¡Id a Él!, es tu espléndida cantiga;
Él es, vuestro motivo de alegría;
Y a Él vamos contigo, fiel María.