Hablemos de María

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Vamos a ver, hermano, explícate mejor;
Hablemos de María y aclara mi aprensión. 
La que tuvo en sus brazos a nuestro Salvador
¿Acaso no merece honor y prelación? 

La que dio de sus pechos al hijo de la unción,
Para que con su sangre fuera mi sanador
¿No he de alabarla siempre con mucha devoción
Y de tan santo ejemplo, yo ensalce su valor? 

¿Acaso no fue ella la que recomendó
Que fuesen a su hijo y que le obedecieran?
¿Y Él en aquellas bodas pronto la contentó,
Haciendo vino nuevo para que en él bebieran? 

Su vida y su persona, para que en sus entrañas
Su hijo se formara, sin vacilar ¿no dio?
¿No fue la que el anuncio no rehusó con patrañas?
¿No dijo que era esclava, y esclava se entregó? 

¿No fue tal vez María, la que la bendición
Del ángel recibiera? ¿Fue otra mujer acaso?
¿No fue quien contra todos sufrió murmuración,
Pasó por tanto trance, peligros y fracaso? 

Quiero amigo que pienses que solo por María, 
Por su total entrega, por su aserto ante Dios, 
Se hizo cierta y posible la grandiosa alegría, 
De que en Cristo podamos redimirnos los dos. 

Tantas virtudes viven en tan santa mujer, 
María justa y noble, ejemplo del cristiano,
Que tal vez es absurdo, que puedas comprender, 
Sin que al divino Cristo te allegues de su mano.