Nochebuena

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Día de viva y grandiosa evocación,
De un gran misterio que cautiva el alma, 
Y en medio del bullicio pone calma, 
Melifica y consuela el corazón. 

Que trae de nuestros padres tan amados,
La dulce y especial melancolía 
De tiempos en que juntos ese día,
Estuvimos felices y abrigados. 

¡Oh noche tan grata y esperada!
En que viven visiones del pasado, 
De personas que tanto hemos amado,
Y viven con nosotros la velada. 

Bendita noche que entre mimos, 
Nos traes reminiscencias de otros tiempos, 
En que en otros lugares u otros vientos, 
De las madres los besos percibimos. 

Y aquel padre que serio contemplaba 
Los hijos en sus cantos y alegría; 
Tal vez del porvenir la travesía, 
En su profundo corazón guardaba. 

Manjares que por ser los de aquel día, 
Compartimos en una sola cena, 
Hermanos sin rencores y sin pena,
Adobada de paz y de armonía. 

Una madre y un padre que miraban 
Serenos, pero plenos de esperanza, 
El tiempo que trajera la mudanza, 
Mientras de Cristo el corazón llenaban. 

Y evocando a María, la madre humana, 
Su gozo, su dolor, su incertidumbre, 
Nos acercamos a la divina lumbre, 
Que Dios depositó, y de ella mana.