Mi señora María

Rafael Ángel Marañón 

 


De mi señora María
Necesito la atención;
Quiero ya, en mi salvación,
Cantarle en algarabía.

Por ser, de Jesús honrada,
Digna de toda alabanza,
Veneración sin mudanza,
Fidelidad abnegada.

Los que amamos su nobleza,
Su gloria y su dignidad,
Su santa afabilidad,
Bien gozamos su grandeza.

Ni criticas, ni coacciones,
Ni comentario acerino,
Nos desviarán del camino,
De sus dulces bendiciones.

A María, gracias damos
Con gran gozo y gran fruición,
Por su santa concepción,
Que dichosos festejamos.