Nobleza de María

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Mujer de aristocrática nobleza, 
Nacida en la grandeza y el pudor; 
Vislumbra con dramática entereza 
El místico misterio del amor. 
  
Amor de Dios, que quiere transmitirlo 
En una doncellita desposada 
Y aguarda a que después de recibirlo 
La joven dé su amén a la llamada. 
  
María sorprendida ante el misterio 
Responde prontamente confiada; 
Valientemente acepta el vituperio, 
Humildemente a Dios ya conformada. 
  
Es el hijo, que es centro de su vida, 
El ángel que nos trae la salvación, 
El Cristo del que aguardan la venida, 
La espada que herirá su corazón. 
  
María no vacila ni un momento; 
Sin más demora da su aceptación 
Y Dios, el santo y todopoderoso, 
Se goza en confiarle tal misión. 
  
Afronta los enojos de su raza; 
También su desposado desconfía, 
Más ella despreciando la amenaza, 
Constante ante el Señor, vive y confía. 
  
Su tierno corazón, por sus desvelos, 
Entiende que el silencio y la obediencia 
Agrada más al Reino de los Cielos 
Que toda la mayor humana ciencia.