María se fue a Ain Karen 

Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

 

 

Con María se van también las golondrinas
que hacen nido en su portal
tan amigas
que es muy joven
María
y apenas suma primaveras
tan niña.

Se van para hacerle compañía
mientras abanican los trigales
con la alegría
y el roce grácil de sus alas
tan veloces
que levantan sueños sobre los trigos
aún verdes 
que ya columpian la flor.

Yo te saludo...
le dijo el ángel
Gabriel.

Y hubo revuelo de palomas blancas 
anidando auroras 
para cuando salga el Sol.

A Ain Karén se fue María
ligera de equipaje
pero llevando por compañía 
la luz del Sol
que va fraguándose en su seno
al rescoldo virgen del Sí emocionado
que generosa le dio al Señor.

Yo soy la esclava 
de mi Señor
que se cumpla en mí tu palabra... 

y Carne de Hombre se hizo el Verbo eterno
en su seno
para calzar sandalias peregrinas 
que recorrerán la tierra
buscando a los ciegos
los cojos
y los parias todos
que abren sus brazos mendigando apenas
migajas de amor.

Saltando por los caminos 
con prisa halada
va cantando María su alegría
agradecida.

Llena de gracia... 
le dijo el ángel.

Y ahora tiene la savia nueva
del rosal en primavera
enredándose en su vientre
por donde trepan lirios
y azucenas
que abrevan su sed en la fuente
donde cantan ruiseñores.

Alégrate María...

Y contenta 
radiante
feliz va María
a visitar a su prima Isabel
que también le crece por dentro la vida
pues va a ser madre
en Ain Karén.

Hay un revuelo de velos
al encontrarse a la entrada 
en la puerta 
felices
contentas
las dos benditas mujeres.

¿Quién soy yo para que me visite
la Madre de mi Señor...?
Bendito es de tu vientre 
el fruto santo
Jesús.

Y María responde
sorbiéndose la luz
anidada en sus ojos 
palomas mensajeras
de paz:

Proclama mi alma la grandeza del Señor.

Y en un abrazo de vida
su emoción anudan 
las dos benditas mujeres
cerrando del Antiguo Testamento Isabel
la puerta
y abriendo del Nuevo María
la aurora
que para eso 
la bendita entre todas las mujeres
María 
hasta Ain Karén se fue.