La fuente

 

Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

 

 

Cuando María la Virgen 
llevaba al Niño a la fuente
cuatro luceros nacían
como rocío en la frente.

Con sólo mirar el agua 
qué firmamento surgía.
Cuatro estrellas se bañaban
en la fuente cada día.

Con los ojos de su Madre
qué orgulloso estaba el Niño.
Jesús miraba a la fuente
la Madre miraba al Hijo.

Y entre la Madre y el Hijo
cuatro luceros sembraban
cada mañana en la fuente
que el firmamento alumbraban.

El Niño a ver las estrellas
jugaba, mientras la Madre
de agua el cántaro llenaba
para llevarla a su padre.

José en el taller quedaba
ebanista y carpintero
sacándole caracolas
con arte a cada madero.

La Madre miraba el agua
irisada de colores
el Niño chapuceaba,
qué escena tierna de amores.

Qué idilio los dos formaban
cada mañana en la fuente
jugando a juntar luceros
con sus ojos relucientes.

El agua hacía de espejo
tornasolado de sol
y el cántaro se llenaba
con la bendición de Dios.

Y cuando a casa volvían
José absorto les miraba
tan sólo un sorbo bebía
y de estrellas se llenaba.

Luego besaba a María
besaba después al Niño
y en el cielo los luceros
sonreían con un guiño.