Oración de Gracias V. de la Cinta

Antonio Rodríguez  Mateo

 

 

¡Oh!, Madre de la Cinta,
Luna Llena Inmaculada,
de tu fragancia impregnada,
surca mi alma tu brisa.
Hoy llega hasta tus plantas,
dolorosa y contrita,
porque Virgen Chiquita,
se olvidó de tus llamadas.

Tú, que eres Virgen poderosa
y Nueva Arca de la Alianza,
sostén y esperanza,
para mi vida procelosa.
En el mar de tu templanza,
Santísima Virgen Gloriosa,
sumérgela gozosa,
que el fuego me la abrasa.

Por tener las manos vacías,
de amor y gratitud,
a sabiendas de que Jesús
dijo: he ahí, a tu Madre María.
Ojalá pudieras Tú,
limpiarme las felonías,
esas que todos los días,
lo enclavan a la cruz.

Te imploro tu cinta sujete,
a mi innoble corazón,
y para no causar más dolor,
junto al tuyo lo aprietes.
¡Oh!, Madre del Redentor,
él es como el cohete,
que mucho ruido mete...
explota y se acabó.

Por ello Virgen Chiquita,
apiádate de él,
y deja te sea escabel
en tu Gloria infinita.
Déjame poder ver,
esa tu cara bonita,
Virgencita de la Cinta,
al estar ante Javéth.

Y hasta que llegue esa hora,
guárdalo bajo tu manto,
ese que desea tanto
más, que la luz de la aurora.
Oye mi atribulado llanto,
¡Oh!, dulcísima Señora,
Madre y Virgen Corredentora,
por llenarte de quebranto.