Tríptico Mariano

 

R.P. Miguel Sacco, IVE

 

 

REINA MADRE

«¡Dios te salve! Reina y Madre...»
Reina Madre del Gran Rey;
no hay en ti título que cuadre
con mayor justeza, y ley.

¡Eres Madre, y eres Reina!
Aquí y en la eternidad...
Como Madre, ¡la más tierna!
Como Reina, ¡sin igual!

No permitas, Reina mía,
que falte a tu majestad,
y como Madre, María,
no me abandones jamás.


ESCLAVO DE AMOR

¡Soy todo tuyo, María!
Y así, todo lo hago en Ti
junto a Jesús, todo el día...
y Jesús obrando en mí.

Haciendo lo que me mandes,
pues soy tu esclavo de amor;
mas en oración constante,
unido -en Ti- a mi Señor.

No permitas, Madre mía,
que desista en la oración,
y que -orando- siempre viva
guardando mi corazón.


VIVIR POR TI

Contemplándote, María,
me prendo de tus virtudes,
y por tus solicitudes
hallo sentido a mi vida.

Que no deje de mirarte,
para hacer lo que Tú haces;
que será lo que a Él le place
y así, en mi, pueda admirarte.

No me dejes ni un instante,
tomándome de la mano,
y, con Cristo y mis hermanos,
hazme una amistad constante.