María

 

R.P. Miguel Sacco, IVE

 

 

Contemplo tu rostro, preciosa Doncella;
tus ojos irradian destellos de Cielo,
y veo que el Ángel a Ti se aproxima...
¡Bendita María! De Dios el consuelo. 

También de nosotros, que tristes estamos
soportando afrentas y vanas quimeras
y Tú nos brindaste lo que es más precioso:
el Verbo Encarnado: "La Luz Verdadera". 

Gracias, ¡Oh María!, la Madre del Cielo,
porque con tu "Fiat" nos diste a Jesús,
y Jesús – Mesías, para darnos Vida,
la dejó prendida, los brazos en Cruz.