A la Virgen del Carmen

 

Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez 

 

Una nubecita blanca
del gran mar ascendió,
como un signo que de Elías
su oración fue escuchada
para acabar la sequía
que al pueblo desolaba.

Tan pequeña y tan blanca
como la palma de la mano
te levantaste hasta el Monte
y nos mandaste la lluvia
y hoy torrentes de gracia
nuestros campos fecundan.

María eres la nube
que llovió al Salvador,
acabando la sequía
que había en nuestro corazón.

Tu SI nos ha acercado
hasta el Monte del Señor
y la deuda del pecado
tu Hijo la canceló.

Pequeña nubecita blanca
llueve torrentes de Gracia,
fecunda los corazones
que te invocan y te aman.

Llueve también para todos,
remueve lo pedregoso,
inunda todo desierto
de tu manantial hermoso.