A la Virgen de Fátima

 

Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez 

 

Déjate ver Reina y Señora,
Déjate ver aún más,
de éstos mis ojos ciegos,
de éste corazón que desea amar.

Ven a mi encuentro, mi Virgen Santa
y en tu abrazo dame a gustar,
de las cosas que no acaban,
del cielo, la eternidad.

Oh Corazón Inmaculado
que desea abrazarte al mío,
no te canses de buscarme,
líbrame del enemigo.

Oh mi Señora de Fátima,
toda tu me enamoras,
deseo consolar tu Corazón
pero mis intentos demoran.

Tu rostro triste me estremece,
pues en tu última aparición
pediste que ya no ofendiéramos
a nuestro Dulce y Buen Dios.
Como pediste a los pastorcitos
ofrecerse en sacrificio
para atraer a todas las almas,
Madre querida tu voz me llama.

Sal a mi encuentro, tómame ya,
pues a ti no se me dar;
me ha llamado tu dulce voz
y no quiero hacerte esperar.

Quiero entregarme, quiero ofrecerme,
A tus plantas me quedaré,
tus ojos misericordiosos
me harán obedecer.

Esa magnifica aparición
a mi me llena de admiración
pues el Misterio de La Eucaristía
el Ángel de La Paz lo proclamó.

Es tu Corazón Refugio Sagrado
para triunfar en la unidad.
Deseo ser chispa de luz
que encienda en llamas la humanidad.

Me has escogido sin merecerlo,
Sin yo buscarlo, sin entenderlo;
pero tu amor, tu dulce rostro
es mi consuelo. ¡Regalo hermoso!

Madre querida yo soy tu hija,
te pertenezco, quiero ser tuya.
¿A dónde iré lejos de Ti?
En tu Corazón estoy segura.

Hágase Madre en mí, como se hizo en Ti
La voluntad de mi Señor.
¡Aquí está tu débil sierva
deseo darte todo mi amor!