Plegaria

 

Roser

 

 

Rezaba cada día
a la Santísima Virgen María,
sabía que ella me comprendía
el profundo dolor que sentía.
Ella vio sufrir y morir a su hijo.
Un día apareció su imagen y me dijo:
“Mujer tú has sufrido como yo
la pérdida de un hijo,
y por eso “Yo te bendigo”.
Jamás olvidaré la tristeza
que nos tiene el alma seca,
en nuestros ojos unas lágrimas
derramando pena en nuestras ánimas.
¡Tu hijo fue crucificado!
el mío... asesinado,
tu hijo resucitó
el mío... nunca mas volvió.