La Mujer que da el Primer Paso 

Mater Unitatis

 

Lucas dice que después de que el ángel se fue de Nazaret "María se puso en camino, y con presteza se encaminó a la montaña a una ciudad de Judea" (Lc. 1, 39) 

Tendría que preguntarles a los expertos en sagradas escrituras acerca de esto, ya que no me puedo explicar por qué en el texto griego la palabra anastàsa, que a mi ver parece estar llena de alusiones, no se capta íntegramente al traducirla. 

Lucas dice que después de que el ángel se fue de Nazaret "María se puso en camino, y con presteza se encaminó a la montaña a una ciudad de Judea" (Lc. 1, 39). Tras la palabra "María", el texto griego tiene un participio: anastàsa que en forma literal significa "levantada". ¿Podría ser una expresión estereotípica, sólo otro término repetitivo que sirve de enlace con otras palabras? Si es así, se justifica plenamente su omisión en nuestras traducciones. 

Sin embargo, la palabra anastàsa tiene la misma raíz que el sustantivo anastásis , el típico término referente al suceso central de nuestra fe, la Resurrección del Señor. De ser así, se podría traducir con facilidad cono "resucitada". Considerando el relato de Lucas sobre la infancia de Jesús a la luz de los sucesos pascuales, ¿resulta en verdad inexacto imaginar que la palabra anastàsa fuera algo más que una expresión estereotípica? ¿Sería muy atrevido pensar que alude a María como símbolo de la Iglesia "resucitada" que, presurosa, se encamina a llevar buenas nuevas al mundo? ¿Sería mucho pensar que este término resume la labor misionera de la Iglesia, sobre todo porque la Iglesia tiene la tarea de llevar a Jesucristo en su seno para ofrecérselo a los demás, al igual que María hizo con Isabel? 

Hasta aquí dejo el asunto. Sin embargo, aunque la palabra anastàsa no tuviera el significado teológico que he sugerido, sí subraya una cosa: la resolución de María. Ella es quien decide ir; nadie se lo pide. Ella misma planea el viaje, nadie se lo sugiere. Ella resuelve dar el primer paso; no espera a que otro tome la iniciativa. 
De la discreta alusión del ángel, ella intuyó que su prima estaba en dificultades. Así que, sin perder tiempo o preguntarse si era asunto suyo estar ahí, ella empacó sus cosas y se fue, emprendiendo el arduo viaje por las montañas de Judea. Fue "presurosa", o, como dice una traducción, con "apuro". 

Todos estos elementos nos sirven para entender el estilo que tenía María para llevar a cabo alguna cosa, como lo vemos también en las bodas de Caná. Tras darse cuenta de que los recién casados estaban en aprietos, y a pesar de que no se lo pidieron, dio el primer paso para "hacérselo notar" al Rey. Dante Alighieri en verdad tenía razón al decir que la Virgen no sólo ayuda a aquellos que recurren a ella, sino que muchas veces "se anticipa a nuestra súplica". 

Santa María, mujer que da el primer paso, gentil ministro de la gracia previsora de Dios, "levántate" de nuevo presurosa a ayudarnos. Te necesitamos; no esperes a nuestra súplica, sino que, anticípate a nuestro grito de piedad. Guíanos en todas nuestras iniciativas. 

Cuando el pecado atraviese y paralice nuestras vidas, no esperes a que nos arrepintamos, sino que, anticípate a nuestro grito de ayuda. Corre velozmente a nuestro lado y reaviva la esperanza en nuestros corazones, a pesar de nuestros delitos. Si no nos asistes a tiempo, yaceremos en el lodo. Si no abres manantiales de arrepentimiento en nuestros corazones, nunca sentiremos esa necesidad de Dios. 

Santa María, cuántas veces debiste de haber sorprendido a la gente durante tu vida terrena, siendo siempre la primera en perdonar. Con cuánto interés, tras recibir una ofensa de alguna vecina, fuiste la primera en "levantarte", tocar a su puerta, escuchar su aflicción y abrazarla. Con qué ternura, la noche que traicionaron a tu Hijo, te "levantaste" para cubrir con tu manto la amargura de Pedro. Y qué angustia debiste de sentir al saber lo de la traición de Judas, "levantándote" para ir a buscarlo, con la esperanza de que obtuviera el perdón. Me imagino que, tras bajar a Jesús de la cruz, fuiste también a bajar a Judas del árbol y arreglaste su cuerpo en la paz de la muerte. 

Te pedimos que nos des la fuerza para dar el primer paso cuando necesitemos perdonar. Haznos, como tú, expertos en dar el primer paso. No permitas que dejemos para mañana algún encuentro de paz que podamos realizar hoy. Sacude nuestra indecisión. 

Libéranos de nuestra estrechez de esperar a que otros actúen primero. Haz que nunca forcemos a nadie a pararse sobre carbones encendidos, mientras nosotros repetimos con desdén: "¡Le toca a él dar el primer paso!" 

Santa María, mujer experta en dar el primer paso, anticipa también nuestro juicio ante Dios, para que cuando toquemos las puertas del cielo y aparezcamos ante el Eterno, que tu sentencia salga primero. "Levántate" de nuevo de tu trono de gloria y ven a nuestro encuentro. Toma nuestras manos y cúbrenos con tu manto. Con una lámpara de misericordia en tus ojos anticipa su veredicto de gracia, y el perdón será nuestro. Pues la mayor satisfacción de Dios es ratificar lo que tú has decidido. 

Fuente: materunitatis.org