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Nuestra Señora de cada día de la semana
Padre Tomás Rodríguez Carbajo
Martes
Nuestra
Señora de lo ordinario.
Es
la rutina la que nos hace a nosotros perder fuerzas para la vida, la que
debilita el entusiasmo, la que nos dificulta la reflexión
seria. Después del “otra vez” comenzar la semana laborar, nos
podemos “acostumbrar” al engranaje de nuestros compromisos de trabajo.
El
escollo de la rutina se vence con el amor, por eso María con la presencia
constante de Jesús en su vida no cae en esa rutina, en hacer lo de siempre
y como siempre, pues, el amor auténtico se estrena cada día. María
no cayó en la rutina, en esa carcoma de la ilusión y del amor, aunque en
su quehacer no sobresalía algo extraordinario, supo descubrir la
importancia de “hacer extraordinariamente bien lo ordinario”, lo de
siempre, lo de todos los días.
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