María y el nacimiento

Martin Daniel Gonzalez

 

Nadie se alegra tanto como María al ver al niño llegar, y es que la alegría de traer una nueva vida al mundo es indescriptible, y mas en este caso en que se trae al mundo al mismo autor del mundo y de la vida.

A lo largo de la historia de la humanidad, el nacimiento de Jesús es el acontecimiento que mas se recuerda, hombres y mujeres, ricos y pobres y muchas veces sin interesar su fe, recuerdan de una u otra manera este nacimiento. Es el acontecimiento que marca un antes y un después en la historia de la humanidad.

Cuando el niño nace, es María quien nos enseña a mirarlo y a contemplarlo, ya que nuestros ojos se habían vuelto incapaces de ver a Dios, pero ella, por su sencillez, nos muestra el lado humano de Dios.

Imitar a María en esta sencillez es nuestra tarea de toda la vida, y no pensemos que es algo fácil, o algo a lograr de un día para el otro, es una ardua tarea que exige de nosotros dedicación y esfuerzo, y solo se logra desde la oración constante.

María, la Madre del Niño Dios, es quien viene a demostrarnos que es posible engendrar a Jesús en nuestro tiempo y en nuestra sociedad, viene a poner en nuestros corazones la esperanza de que un nuevo nacimiento es posible.

Igual que ayer, hoy María nos presenta a su hijo, pobre y recostado en un pesebre, excluido del resto de los hombres, pero dispuesto a transformar el mundo con su presencia en medio nuestro, nos corresponde a nosotros llegarnos hasta el para gozar de su presencia y adorarlo.

En medio de nuestros días agitados, la presencia de María en el pesebre, debe ser una invitación a hacernos un tiempo para adorar a Dios hecho niño.

Nada en este tiempo es mas importante que quedarnos delante de Él a gozar de su presencia, de la presencia de este Dios que se hace hombre, y hombre entero, desde la niñez hasta su muerte.

Todo lo humano, desde ese momento, pasa a formar parte de la vida de Dios, y todo gracias al si de Aquella que no se guardó nada de su vida para si, y se entregó a la voluntad de su creador.

Oremos a Dios para que nos conceda en esta Navidad, ser testigos de su presencia en medio de la humanidad.

Fuente: www.elsembrador.ne