Maria es... Reflexion Mariana

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María es Madre de Dios

María fue elegida desde el principio para ser la Madre de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios; porque es madre del Hijo eterno de Dios hecho hombre, es Dios mismo (Cf. CEC 509), es aclamada como “la madre de mi Señor” (Lc 1,43). La Iglesia confesa que María es verdaderamente Madre de Dios; los cristianos expresamos esta verdad cuando oramos: “Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros”.

Desde los inicios de la Iglesia se ha reconocido y se ha transmitido esa gran verdad. Y así fue, es Madre de Jesús, Jesús es Dios, por lo tanto ella es Madre de Dios. El pueblo entero se lanza por las calles con inmenso júbilo. Se prenden las antorchas. Se entonan los cantos y las alabanzas. Hay fiesta, música y regocijo.

María Madre y modelo de la Iglesia

María fue llamada a colaborar en la obra de la salvación. Recibiendo en la fe, concibiendo en su ser al salvador, dando a luz, comunicando al mundo al salvador, asociándose, solidarizándose con su obra de salvación, fue descubriendo en oscuridades y alegrías el misterio de su hijo. En María, la presencia de Cristo, la gracia de Dios brilló en toda plenitud y perfección.

La Santísima Virgen, como Madre, muestra a la Iglesia como abrirse a Dios y cómo serle fiel. La Iglesia invoca a María como Madre y aprende de ella cómo acoger a Jesucristo, cómo vivir para Él, cómo mostrarlo y darlo a la humanidad.

María, Madre nuestra

En el Gólgota, aquel viernes santo, Jesús dijo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo, ahí tienes a tu Madre” (Jn 19,26-27). El mismo Jesucristo nos da a María como Madre.

María es nueva Eva: madre verdadera de los vivientes (Gn 3,20), madre llamada a dar vida a todos los hombres y mujeres, a los abatidos, sufrientes, lejanos, darles fe, y esperanza, darles a Cristo.

La Santísima Virgen continúa mostrando el designio amoroso de Dios a través de los siglos: el en Tepeyac, María dijo a Juan Diego: ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás en mi regazo y corres por mi cuenta?

María nos lleva a Jesús

María tiene un lugar discreto pero importante en la Sagrada Escritura. En el Nuevo Testamento nos presenta a María en la infancia de Jesús, durante su vida pública, en el Calvario, reunida en el Cenáculo con los apóstoles después de la resurrección. Aparece con una presencia viva, llena de fe, de amor y de solicitud siempre unida y en relación con su hijo Jesucristo.

Ella nos invita: “Hagan lo que el les diga” (Jn 2,5): amar, imitar, adherirnos, irradiar a Cristo Jesús y a unirnos a su misión salvadora.

María nos muestra a su Hijo Jesucristo, de aquí la súplica milenaria del pueblo cristiano expresado en la “Salve”: muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”, para amarlo y seguirlo, comprometiéndonos con El en la construcción del Reino del Padre, en el amor, la Justicia, la verdad y la libertad.

María es muy importante en la vida y en la religiosidad popular de los mexicanos: rezo de rosario, escapularios, peregrinaciones, medallas, santuarios marianos, flores, importancia devoción a la Virgen de Guadalupe, congresos, fiestas.

¿Qué importancia tiene para mi vida la Virgen María? 
Su modelo ¿Qué me inspira? 
En mi oración ¿Me dirijo a ella? 

CONFRONTANDO NUESTRA REALIDAD

Hoy la Virgen María continúa siendo un modelo para todos los cristianos. Su testimonio de entrega y amor a Jesús a su Iglesia es algo que nos tiene que motivar a seguir su ejemplo. Creo que es evidente que cuando observamos la fe del pueblo de Dios, podemos observar su aprecio tan singular a la Madre de Dios, la piedad mariana es muy rica en nuestra diócesis, abundan santuarios marianos por todas nuestras ciudades y comunidades. Nuestros padres y abuelos, nos han querido inculcar el amor a la Virgen y el rezo del santo rosario. 

Sin embargo, también es evidente que hoy en día, ese amor por la Virgen que tan hermoso era en otros tiempos, poco a poco ha ido desapareciendo de nuestros hogares, cada vez menos se reza el rosario en familia, hoy las familias quieren pertenecer a la nueva sociedad que quiere quitar de nuestras cabeceras las imágenes de María, para poner en su lugar el póster del famoso del momento. Sobre todo lo jóvenes sienten pesadez por acercarse a las cosas santas.

Creo que es urgente hacer algo, es urgente que los cristianos de hoy (no los de ayer), hagamos campañas de promoción de valores cristianos entre los que no tiene que faltar el amor a María, la Madre de Dios. 

Fuente:
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