Manifestaciones de la prudencia de María

Juan S. Clá Díaz

Veamos ahora por las enseñanzas de uno de los grandes mariólogos de este siglo, como se manifestó la virtud de la prudencia en Nuestra Señora:

“Para obrar con prudencia -escribe el Pe. Roschini-, son particularmente necesarias tres condiciones: examinar con ponderación, resolver con sentido común, ejecutar con exactitud.

“En María se encontraba esta rara prudencia sobrenatural, elevada al grado más eminente de perfección al que puede llegar una criatura humana. Ella fue la Virgen prudente en relación con el fin que se propuso que fue sólo agradar siempre y en todo a Dios, de servirlo y amarlo con todo su corazón. Prudentísima en los medios empleados por Ella que fueron escogidos con ponderación, reserva y consejo.

“«Ella no hizo jamás, como dice el cardenal Lepicier, cosa alguna con precipitación, falta de consideración, ligereza, sino que se aconsejaba primero de su celestial Esposo, considerando con sabia lentitud los motivos y las razones de sus obras, juzgando con paz y quietud al respecto del procedimiento a tener en cuenta, y siguiendo puntualmente los dictados de la razón y de la fe»”.

Fuente: salvadmereina.org