La soledad en el Cenáculo 

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El Cenáculo está esperando a María en su soledad. El mismo lugar donde Jesús se entregó en forma de pan y vino a sus discípulos, a quienes dio poder de hacer lo mismo, es decir, convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Hacerse Eucaristía fue hacerse soledad del Sagrario, días y horas está esperando a los que lo visitan . No tiene prisa, espera. Así María espera en medio de su soledad. Jesús vendrá, Jesús resucitará..

La sala de la fiesta pascual, de la cena pascual, se ha convertido en sala de la soledad. Ella y unas pocas mujeres velan esperando. Luego, todos se retiran a descansar, ella queda sola, ella queda llorando sola, pero en su dolor hay una lucecita de esperanza, la promesa de Jesús:"y resucitará al tercer día". María sabe esperar como nunca nadie ha esperado.

Ante la mente de María corre, como en una película, todo lo sucedido. Ella llora, ama y espera. Vive agradecida, no por su dolor, pero sí por su dolor sufrido con Jesús y convirtiendo su dolor en corredención de todos sus otros hijos, de la humanidad entera. El dolor no la destruye, y si bien llora es con gratitud y amor que llora. Dice: Yo fui salvada por mi Hijo siendo preservada de todo pecado y mis otros hijos son salvados en el perdón, en la misericordia, en la redención. El dolor de María es consolado por el bálsamo de la misericordia y del perdón de todos sus hijos pecadores. Todos llamados a la salvación.

Como en la noche de la Vigilia Pascual, esperemos con María a Jesús Resucitado, que muriendo destruyó nuestra muerte, resucitando restauró nuestra vida.

Fuente: Parroquia Virgen de la Paloma y de San Pedro el Real , España