Santa María. Ruega por nosotros

Padre Felipe Santos Campaña SDB


María, al pronunciar tu nombre, me invade una alegría interior tan maravillosa que repito muchas veces en mi silencio. Fue en aquella habitación humilde en donde concebiste al Verbo Encarnado.
Tus padres te pusieron el nombre más bello y lindo. Tan es así que hoy es el nombre más común en todas las lenguas del universo. Eres “princesa de las aguas”, “eres espejo e iluminación” en la etimología.
María, tu nombre me embarga de sencillez, de paz y de deseos santos. Tu “hágase tu voluntad” me trae a la memoria el recuerdo de tu disponibilidad, el cántico del “Magníficat”, estudio psicológico de tu estado anímico.
Tu gloria está en Señor, no en tus cualidades personales. María, al decir tu nombre, es tanta la invasión de dulzura que entra en mi alma, que me das acogida, me siento hijo tuyo y te llamo Madre, como tu Hijo amado te presentó a Juan y a todos los que te quieren. Concédeme, María, que tu maternidad espiritual me llame a ser un hijo tuyo en cuya alma brille tu humildad, paz y obediencia a los deseos de ser tan santo como quiere tu Hijo.

Fuente: autorescatolicos.org