El heroísmo de una niña 

Hermano Albert Plfeger

 

Mientras jugaba, por descuido le entró arena en los ojos, esto le provocaría una grave inflamación.Tuvieron que practicarle varias operaciones. Su padre fue a ver a los oftalmólogos de mayor prestigio de Suecia. Todo sería inútil. La niña cada día perdía un poco más la vista. 

Luego, el padre y la niña se dirigen a Chestokova; él era ateo pero ella había sido educada en el cristianismo. En el santuario ante la Virgen Negra, después de la primera misa, el padre le pregunta a la niña : "¿La Señora te ha sanado ?". La niña le responde : "Le dije a la Santa Virgen que no me importa ver nunca más el mundo, pero que tú, papá, te arrodilles con nosotros cuando oremos." 

La respuesta de su hija conmovió tanto al padre que se puso a llorar. Inmediatamente después de que se repuso buscó un sacerdote para confesarse. El heroísmo de esta niña debía darle vergüenza a muchos cristianos. 

Betendes Gottesvolk N° 137 
Recogido en la Colección mariana, 1986 del Hermano Albert Plfeger, marista 

Fuente: mariedenazareth.com