María y los consagrados

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Por definición, la persona consagrada tiene un corazón grande que estalla en amor y generosidad.

Y el corazón entregado siente una gran predilección por el amor de la madre. Y se acerca a María, la Madre, su Madre, para expresarle su amor y contarle todo lo que le pasa. Y van saliendo tristezas, angustias, peligros, sombras, lágrimas y caídas, envueltas y mezcladas con las alegrías, los éxitos, las aventuras, los momentos de luz, las flores....

Todo envuelto en una plegaria de hijos, conscientes de la necesidad de su Madre.

No hay engaños, no hay falsedades, el corazón del hombre entregado es, sobre todo, sincero, aunque a veces falle. Y, cuando delante se tiene una Madre como María....

Fuente:  educadormarista.com