María en Lesoto 

Hermano Albert Pfleger, marista


El Padre Oblat cavalgaba, rosario en mano, a través de las altas montañas de Lesoto. Visitaba a los cristianos dispersos por los pueblos aledaños. Repentinamente, un rayo lo lanzó a tierra. Con dificultad se levanta, ayudado por su catequista que le suplica interrumpiir la ruta. “El demonio se ha enfadado, dijo el padre, porque debo salvar un alma”. Y coninuaron su camino rezando. 

Después de haber cavalgado un buen momento por la montaña, oyeron unos gritos de llamada que provenían de un pueblo alejado. El Padre se detuvo: "alguien nos llama, dice, vaños hacia allá!" ¡- "No!" le responde el catequista, es un pueblo de brujas, nos tienden una trampa.- " Quizás haya un alma a salvar." El Padre se dirige al pueblo seguido de su ayudante más muerto que vivo. 

En cuanto llegan, unas mujeres rodean al Padre y lo conducen hacia la choza donde agonizaba una joven de unos 16 a 18 años. "Ella te necesita, le dicen las mujeres, desea recibir el bautismo de los católicos para ir hacia la hermosa señora!". El Padre se arrodilla cerca de la moribunda: ¿"Eres tú el Padre católico?", le pregunta ella con esfuerzo." - "Sí, lo soy." - “ bautíceme rápidamente, dese prisa". 

Mientras el catequista prepara lo necesario para el bautismo, el Padre le hace algunas preguntas a la enferma que responde sin vacilar. Sin más tardar, el Padre le administra el sacramento. A estas palabras: "María, yo te bautizo..." una alegría radiante le iluminó el rostro”. 

El Padre aprovechó para preguntarle de dónde le venía este deseo del bautismo: "Tuve un sueño, dijo, y vi una señora vestida de blanco con un cinturón celeste." Sonreía y me tendía los brazos. Yo quise acercarme: "Ahora no , me dijo, pide el bautismo de los católicos y vendré a buscarte." Muy conmovido, el Padre le presenta una medalla milagrosa: ¡"Es ella!" Es ella la que vi!" dijo la moribunda. La abrazó con amor y en seguida, se durmió. El Padre la bendijo y reanudó el camino de su misión. No muy lejos las brujas le gritaban: "Ella ya no está!" 

Testimonio de un misionero de Lesoto 
aparecido en el estudio sobre Nuestra Señora de los tiempos nuevos, n° 6-1982 
y en la Recopilación mariana 1986 del Hermano Albert Pfleger, marista.

Fuente:  mariedenazareth.org