Una Bella Dama Blanca  

G. Veuillot


La policía revolucionaria que expulsaba a los curas no juramentados cruza un día al Padre José Chaminade y lo reconoce: él se escapa y se salva corriendo. 

Pasando frente a la casa de una amiga, entró, se sentó frente a un niñito y se unió a la conversación. Los policías lo vieron entrar y también entraron en seguida, pero ellos no se percataron. Registraron todas las piezas, pasaron y repasaron frente a él y no lo vieron. "Ya no está aquí", se dijeron y se fueron a buscar a otra parte... 

En cuanto salieron la familia se dio prisa en acercarse al sacerdote: “¡¿Cómo no lo capturaron?! Si lo tuvieron casi en sus manos?" Entonces el niño, cerca de quien el "refractario" se había sentado les dijo a todos: "Pero si no no podían ver al señor Cura, porque una bella Dama blanca, entró aquí al mismo tiempo que ellos y siempre se mantuvo frente a él para ocultarlo"... 

El buen Padre Chaminade 
por G.Veuillot

Fuente:  mariedenazareth.org