El traslado de la Santa Casa de Loreto (II)

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La basílica de Nazaret y la de Loreto son como dos hermanas siamesas; cada una contiene una parte de la Casa de María que según la tradición fueron separadas. Así lo confirma el resultado de las excavaciones arqueológicas realizadas en Nazaret, en la iglesia de la Anunciación entre 1955 y 1960, y en Loreto en el sótano de la Santa Casa entre 1962 y 1965. 

En Nazaret, las excavaciones demostraron que la casa de la Virgen, como otras casas vecinas, estaba constituida de una gruta cavada en la roca, que servía de anexo, y de una pieza de tres paredes situada en la prolongación de la gruta. Si se imagina un nuevo desplazamiento de la Santa Casa de Loreto colocándola frente a la gruta, se vería que las dos partes se completan y se juntan. Las excavaciones también confirmaron, como lo decía la tradición, que desde la época apostólica la Casa de María se consideró como una reliquia. Transformada, primero, en lugar de culto, a lo largo de los siglos siguientes fue insertada en iglesias cada vez más imponentes que la protegerían de la erosión y la amenaza del tiempo. 

En Loreto, según cuenta la tradición, se descubrió que la Santa Casa no tenía cimientos, que había sido como superpuesta sobre la antigua carretera de Recanati a su puerto. En torno a la región de acogida y a los métodos de construcción entonces en vigor, se conocen múltiples anomalías y absurdos: ésta no tiene cimientos, las otras casas sí, su única puerta, orientada al norte, está expuesta a todas las inclemencias; su única ventana, al oeste, recibe poca luz, etc. Pero lo que es absurdo en la región de Loreto cobra sentido en Nazaret. 

Además, el pulido de las piedras se hizo siguiendo una técnica del antiguo pueblo de los nabatenos, cercano a los judíos, establecido también en Palestina. Esta técnica se nota igualmente en el altar de los apóstoles; la tradición indica que él también vino de Nazaret junto con el resto de la Santa Casa. 

Por último, una investigación profunda sobre las pintadas aún visibles en numerosas piedras de la Santa Casa de Loreto, ha demostrado sus semejanzas con las de Tierra Santa, concretamente en las de Nazaret; incluidas las atribuidas a los judéo-cristianos de los siglos II al V.

Fuente:  mariedenazareth.org