La Santa Virgen era la estrella polar de esos exploradores

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El 20 de abril Cristóbal Colón se presenta frente a los reyes de España; Fernando e Isabel a las puertas de Barcelona. Bajo la aureola del éxito de la expedición el navegante genovés se arodilla humildemente ante los Reyes y ellos en un gesto de humildad caen también de rodillas. Los tres celebran un Te Deum de acción de gracias por el éxito de la expedición. 



La Santa Virgen era la estrella polar, se dice, de esos exploradores y misionarios. El 20 de abril de 1940, en Génova, el Papa Pío XII pudo, con toda razón, pronunciar estas palabras elocuentes con motivo del aniversario de ese encuentro: “Genoveses, saludad en Cristóbal Colón, no solamente al navegador intrépido que venció la oposición de ciertos sabios como la furia de los océanos sino también a un gran devoto de la Virgen María. El puso su expedición bajo la protección de María y le dio el nombre de Santa María a su carabela. Subió a la nave, le dijo adiós a Europa sorprendido y escéptico, y se aventuró por los mares peligrosos y cuando concluyó su viaje se arrodilló ante Jesús que calma las tempestades y ante María, estrella de la mar” 

Enciclopedia Maria. 
Tomo IV -Beauchesne 1956

Fuente:  mariedenazareth.org