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Emails a María
Padre Felipe Santos Campaña SDB
Asunto: Consagracion
María, imagínate que, aunque sea tu Hijo, eres
tú quien se dirige a estas almas consagradas.
Deseo que aprendáis a predisponeros bien
para recibir mis palabras, pues de nada os aprovechará si vuestro corazón
está cerrado.
La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
He venido a vosotros hoy como vuestro Maestro, tal cual lo prometí y
comenzaré así a prepararos para que sepáis bien, con toda claridad, cual es
la Voluntad de Dios, cuales sus preceptos y normas y la mejor forma de
cumplirlos, para que sepáis en una palabra, dar razón de vuestra fe,
cimentándola en mis enseñanzas. Es verdad que nada nuevo puedo daros porque
todo está escrito, pero voy a presentároslo de una forma, con un lenguaje,
acorde con vuestra forma de ver y entender, para que retengáis todo lo bueno
y reteniéndolo podáis practicarlo y practicándolo crezcáis firmemente en la
virtud pues de nada sirve al hombre poseer el mundo entero si pierde el
tesoro más preciado que es su alma.
Mas antes de comenzar con vuestra formación, deseo que aprendáis a
predisponeros bien para recibir mis palabras, pues de nada os aprovechará si
vuestro corazón está cerrado, nada entenderéis. Recordad sino las mismas
prédicas para los fariseos y para mis discípulos pero no todos entendieron y
no todos recibieron el efecto maravilloso de mi amor y esto es por mala
predisposición de su parte. Y aún dentro de mis discípulos, hubo y habrá,
quienes frente a mi enseñanza endurecerán su corazón, no seáis vosotros, no
lo seáis, pues no vengo a condenar sino a ayudaros a encontrar el verdadero
camino. Y no vengo aún a juzgar, aunque vendré y pronto, sino a tender el
puente de mi misericordia.
Para recibir con fruto las enseñanzas del Señor, debéis tener vuestra alma
en estado de gracia, a través de la confesión. Esta primera condición
indispensable borra del corazón toda tiniebla de pecado y permite una
apertura total hacia mí. La segunda condición es la humildad: recibid con
humildad mis palabras, dispuestos a cambiar lo que sea necesario para estar
acorde a la situación y cumplir mejor con vuestro deber de cristiano. Y en
tercer lugar: la perseverancia, perseverad en lo que os enseño, a pesar de
que pareciese que nadie entiende, a pesar de que no es exactamente del
agrado de todos: perseverad, perseverad en el bien y obtendréis grandes
frutos. No os guiéis por otra opinión que la de vuestro Dios y la de todos
aquellos que a Él están adheridos por amor.
Recordad entonces: Estado de gracia, humildad, perseverancia y por último
oración: debéis orar con mayor empeño, con mayor entrega, intentando
encontrar el camino de llegar hasta mí. Esa oración profunda será como la
tierra abonada para recibir la semilla. Debéis mejorar vuestra oración para
recibir mis enseñanzas. Pensadlo, pues, meditadlo, predisponéos bien, más
adelante agradeceréis todos estos consejos cuando veáis los progresos que os
traen.
Tened paz, Yo os bendigo para que halléis la fuerza de cumplir con mis
pedidos. Recibid en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
(Amén).
Reencuentro con el Señor es reencuentro con la vida y la verdad; reencuentro
con el Señor es reencuentro con el camino auténtico, compartid este
reencuentro entre vosotros, allí estaré permanentemente acompañándoos,
animándoos, bendiciéndoos.
Mi paz a los corazones limpios. Gracias, María, bendice a estas almas
consagras.
Fuente: autorescatolicos.org
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