Emails a María

 

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

 

Asunto: Hijo perdido

Lucas 10: 33,34 :Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento.

María, esta escena se repite mucho en esta sociedad dividida en rica y pobre. Y el mejor modo de buscar a tu Hijo es en el pobre, tanto espiritual como en el malherido.
¿Dónde buscarte, Señor?
Señor,
Si no estás aquí,
¿dónde te buscaré, estando ausente?
Si estás por doquier,
¿cómo no descubro tu presencia?
Cierto es que habitas
En una claridad inaccesible.
Pero, ¿dónde se halla esta inaccesible claridad?
Para verte en ella?
Y luego, ¿cón qué señales, bajo qué rasgos te buscaré?
Nunca jamás te vi, Señor, Dio mío;
No conozco tu rostro...
Enséñame a buscarte,
Y muéstrate a quien te busca
A menos que tú me enseñes;
Y no puedo encontrarte,
Si tú no te manifiesta.
Deseando, te buscaré;
Te desearé buscando;
Aamando te hallaré,
Y econtrándote te amaré.
-
Déjate de preguntas: Estoy en el malherido y en todo pobre de alma y de cuerpo. Gracias, María.

Fuente: autorescatolicos.org