La vida abundante

 

Woodeene Koenig-Bricker

 

Nos apresuramos a decir que vivimos en una tierra de abundancia, pero ¿cuántos de nosotros creemos realmente tener «más de lo suficiente»? La industria de la publicidad se fundamenta en el principio pudiera qumeásn.o tenemos todo lo que necesitamos, de que siempre hay sitio y sin embargo, ¿cuánto necesitamos realmente? y lo que es más importante aún, ¿qué necesitamos realmente?
Nadie diría que María vivió una vida de abundancia, y sin embargo sin duda que vivió una vida abundante. Conoció tanto el gozo como el
dolor, concentrándose, no en lo que podría obtener, sino en lo que ella podría devenir. Su vida entera fue un sí continuo a la gracia y los dones
que Dios deseaba darle -la misma gracia y los mismos dones que Dios desea damosa cada uno de nosotros.
Pero a fin de tener espacio en nuestros corazones para aceptar los  dones de Dios, debemos tomar la decisión consciente de abandonar el deseo de adquirir. Debemos liberamos de la tenaza de la enfermedad de la posesión, para experimentar la libertad del amor. Una vez que lo hagamos así, descubriremos que ya no seguimos sintiendo la necesidad de encontrar nuestra convalidación en una televisión de pantalla gigante, la última moda o un coche de ensueño. En vez de eso, descubriremos la totalidad Con que fuimos creados para experimentar relaciones profundas
y auténticas Con otras personas.
Después de todo, es sólo creando relaciones auténticas basadas en el amor como podremos descubrir lo que significa realmente vivir la
vida abundante.
¿Busco la realización en una abundancia de posesiones o en una abundancia de amor?
¿Qué objetivos materiales puedo abandonar hoy a fin de dejar sitio
para el crecimiento espiritual?

Fuente: 365 Meditaciones con la Virgen María