Emails de María
Padre Felipe Santos Campaña SDB
Asunto: “Tres días después del entierro de la Madre
de Dios, llegó a Jerusalén el apóstol Tomás que no pudo llegar a tiempo”.
Querido hijo/a:
Mi hijo Tomás sintió mucho no
despedirme. Pero prometió venerar mi purísimo cuerpo. ¿Sabes lo que ocurrió?
Cuando se abrió la gruta donde fui sepultada, no encontraron mi cuerpo. Sólo
vieron los paños mortuorios. Los apóstoles, asombrados, se volvieron a su
casa. Al anochecer, mientras rezaban, oyeron un canto angelical y al
levantar la vista pudieron verme suspendida en el aire, rodeada de ángeles y
envuelta en el brillo dela gloria celestial. Entonces le s dije:¡¡Alégrense!!
¡¡Estaré con vosotros todos los días!!
U así sucede. Estoy contigo en todo momento como Madre. Cuenta conmigo y
dime: Avemaría
Fuente: autorescatolicos.org
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