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Tus ojos María
Padre Javier Leoz
¡Ojos que no ven, corazón que no siente!, dice
el viejo refrán.
En María, esto no se cumplió. Vivió siempre con los ojos puestos en los
planes que Dios tenía preparado para Ella.
En Nazaret, con sus pupilas dilatadas, dijo que "sí". Que, estaba dispuesta,
como un cheque en blanco para que Dios firmase cuando quisiera y como
quisiera.
En el crecimiento de Jesús, abrió bien los ojos para que, Jesús, anduviese
por los caminos que conducían a Dios.
En el final de la vida de Jesús, aún con lágrimas, nunca el sollozo se
antepuso a la altura con la que, María, encaró y vivió la pasión, la muerte
y la resurrección de Cristo.
Y es que, María, abrió los ojos para Dios y, además, le brindó todo su
corazón. ¿Se puede esperar más por parte de Dios? ¿Pudo dar más una humilde
nazarena que a sí misma?
¿Detrás de que corren nuestras miradas?
¿Vemos la profundidad de las cosas y de los acontecimientos o nos quedamos
en la superficialidad?
¿Somos solidarios cuando contemplamos causas injustas que hacen sufrir?
Presentamos, ante María, unas gafas. Que Dios nos ayude a no perderle de
vista.
Fuente:
autorescatolicos.org
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