Tus sandalias María

 

Padre Javier Leoz

 

La imagen que, a veces, podemos tener de María puede ser equivocada o, cuando menos, no del todo real.

¿Sus vestidos serían los que la imaginería han tallado?

¿Su manto tendría tanto bordado?

¿Sus sienes estarían tan decorosamente adornadas por oro y plata?

La piedad popular, el cariño del pueblo, ha ido -en el discurso de los siglos- añadiendo a la sencillez de María, aquello mejor que el pueblo sabía ofrecerle, brindarle y agasajarle.

Sus sandalias, nos recuerdan la máxima evangélica: ¡bienaventurados los pobres! Ella, si seguimos de cerca sus pasos, nos insinúa que el camino para seguirla no es la grandiosidad de una estatua, sino la grandeza del corazón que cree y espera en Dios.

María, lejos de quedar inmortalizada en piedra o lienzo, es un ser vivo que sigue alentando y aconsejando a los amigos de su hijo. A los que quieren descubrir y avanzar por los caminos de Jesucristo.

¿Veo a María con adornos o radicalmente orientada a los designios de Dios?

¿Contemplo a María, pobre y humilde, o como "diosa" que ocupa un altar?

Ofrecemos, en este mes de las flores, unas sandalias. En ellas habla y se hace presente la pobreza y sencillez de la Virgen.

Fuente:  autorescatolicos.org