Orar con María, Orar a María

María dichosa porque creyó

 

Fray Martín Irure, ofmcap.

 

Ambientación

  María recibió, de parte de Dios, el don de ser la “llena de gracia” y la Madre de su Hijo. María respondió con su actitud y su vida plenamente al llamado divino. Ella confió totalmente y se entregó, a lo largo de su vida, a la experiencia de sentirse siempre en los brazos del Padre. María creyó y confió.

Lectura de la Palabra (Lc 1, 39-45)

Por aquellos días, María se puso en camino y fue de prisa a la montaña, a una cuidad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo, el niño saltó en su seno.
Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces:

- Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Reflexión

María llegó allí con prontitud para visitar a Isabel su pariente.
Cuando entra, Isabel saluda a María en alta voz.
Cada palabra está llena de sentido.
Al final, está lo importante: ¡Dichosa tú porque has creído!

Es el eco de la voz del ángel: “Llena eres de gracia”
María queda dibujada ante los hombres.
Ésta es la verdad profunda de María.
Está presente en el misterio de Cristo porque ha respondido como nadie,
porque ha creído con toda entrega.
La plenitud de la gracia, proclamada por el ángel significa el don de Dios.
La voz de Isabel, alabando la fe de María, es la respuesta de la Virgen al don de Dios.

El encuentro de las dos madres facilita el encuentro de los dos hijos.
Juan salta de gozo y se expresa por la boca de su madre, proclamando el señorío de Jesús.

Revisión de vida

- ¿Cómo entendemos la fe cristiana? ¿Como un asentimiento a verdades sobre Dios, sobre la Virgen y la Iglesia?
- ¿Pensamos que la fe es, sobre todo, confiar en Dios en toda situación?
- En los momentos más duros de nuestra vida, ¿nos ponemos confiadamente en las manos del Padre?
- ¿Oramos como Jesús, diciendo: “Hágase tu voluntad”; y como María: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”?

Oremos al Señor

Te damos gracias, Padre...

- Porque en María nos das un testimonio de fe. Oremos.
- Porque en María nos revelas tu amor y tu misericordia. Oremos.
- Porque en María también nosotros confiamos en ti. Oremos.

Oh Dios, Salvador de los hombres, que, por medio de la bienaventurada Virgen María,
arca de la Nueva Alianza, llevaste la salvación y el gozo a la casa de Isabel,
concédenos ser dóciles a la inspiración de Espíritu para poder llevar a Cristo a los hermanos
y proclamar la grandeza con nuestras alabanzas y la santidad de nuestras costumbres.