Orar con María, Orar a María

María, vida en silencio

 

Fray Martín Irure, ofmcap.

 

Ambientación

   María vivió muchos años en la aldea olvidada de Nazaret. Nada nos descubren los evangelistas de todo este largo período de tiempo, transcurrido en la monotonía de la vida sencilla de un pequeño pueblo. La relación con los vecinos y parientes, las tareas del hogar, la dedicación a la familia, el horario cotidiano y vulgar. Nada dejaba transparentar la interioridad de aquella sencilla mujer dedicada a su familia.

Lectura de la Palabra (Lc 2, 51-52)

Bajó Jesús con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos, Su madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres.

Reflexión

La vida de María en Nazaret iba creciendo ante Dios, sobre todo.
María se comunica con el misterio de Dios, que dispone la historia por caminos diferentes.
Tal vez, María recibió alguna revelación de aquellas cosas ocultas,
que el Padre sólo revela a los pequeños y sencillos y las oculta a los grandes de este mundo.

Pero, seguro que María, como cualquier creyente, navegaba con su espíritu por océanos desconocidos. Sólo iluminada por la lucecilla de la fe.
Los interrogantes sobre el futuro e identidad de aquel Hijo suyo,
los tendría planteados constantemente.
Pero, nada extraordinario ocurría en aquella casa de silencio y oración.

Aquí se da el comienzo del Evangelio, el inicio de la Nueva Alianza.
La Buena Noticia, el Reino de Dios van madurándose en el silencio de Nazaret.

Madre e Hijo buscarían caminos seguros para el futuro.
La fatiga de la búsqueda, la noche de la fe, no era fácil descorrerlas.
Sólo la presencia invisible del Padre en sus vidas
llenaría de confianza el corazón de la Madre y del Hijo.
Como Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en aprecio, ante Dios y los hombres,
así María acompañaba al Hijo en la maduración de la fe.
Entregada al amor del padre, escrutando las Escrituras, en vigilante oración, oteando el futuro,
María avanzaba en silencio en la peregrinación de la fe.

Revisión de vida

- ¿Cómo vamos descubriendo la voluntad de Dios en nuestras vidas?
- ¿Intentamos buscar a Dios o no hacemos nada por encontrarnos con él?
- ¿Llevamos una vida superficial, sin diálogo de amistad con el Señor?
- ¿Nos preocupa el vivir casi como si prescindiéramos de Dios?

Oremos al Señor

Te damos gracias, Padre...

- Porque María te sirvió siempre en la luz y en la oscuridad. Oremos.
- Porque María supo descifrar tu voluntad en el silencio y en la oración. Oremos
- Porque nos das en María un modelo para buscarte. Oremos.

Señor, Padre santo, que, por una disposición admirable,
quisiste que tu Hijo naciera de una mujer y le estuviera sometido en Nazaret,
concédenos conocer más profundamente el misterio de la Palabra hecha carne,
y llevar una vida escondida en la tierra hasta que, acompañados por la Virgen María,
merezcamos entrar gozosos en tu casa.