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Orar con María, Orar a María
María, acompaña a la Iglesia hoy
Fray Martín Irure, ofmcap.
Ambientación
La Iglesia continua en el mundo la obra
salvadora de Jesús. Como María estuvo presente, durante su existencia
terrena, en la misión de su Hijo, así hoy, desde Pentecostés, está
acompañando al Cristo glorioso, que realiza, a impulsos de su Espíritu, la
acción redentora en el mundo.
Lectura de la Palabra (Lc 1, 49-50)
María dijo:
- Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí: su nombre santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.
Reflexión
María es dichosa porque creyó y se confió siempre. María es dichosa
porque el Señor la amó en su pequeñez y humildad.
María sigue cantando hoy su “Magníficat” de alabanza.
Porque hoy, como en el pasado, continúa la historia de la salvación.
Y María, al mismo tiempo, puede repetir: “Desde ahora me felicitarán todas
las generaciones”.
María sigue los pasos de la Iglesia peregrina, con su testimonio de
confianza total
en el Dios que conduce la historia.
Los que acogen con fe, a lo largo de los siglos, el misterio de Cristo,
celebran a María en su entrega, recurren a ella confiadamente.
En ella encuentran apoyo para caminar siempre, sin mirar atrás.
María prosigue hoy su misión de confiar y hacer que otros confíen.
Cuando los hijos pasan por cañadas oscuras, su protección material los
protege y defiende,
los anima y los orienta, los fortalece y los abre a la esperanza de la
Pascua eterna.
La Iglesia contempla a María, la suplica en su peregrinación, la invoca,
y trata de seguir sus huellas en la vivencia del Evangelio.
Revisión de vida
- ¿ Vamos entendiendo mejor lo que supone la auténtica devoción a la Virgen
María?
- ¿Nos damos cuenta de que la verdadera devoción a María nos lleva a vivir
mejor el seguimiento de Jesús y a servir a los hermanos?
- ¿Cómo podemos acompañar hoy a personas necesitadas y marginadas?
Oremos al Señor
Escúchanos, Padre...
- Para que, como María, aprendamos a seguir el Evangelio de Jesús. Oremos.
- Para que, como María, sirvamos al Señor en nuestra pequeña historia.
Oremos.
- Para que, como María, ayudemos a los pobres y marginados. Oremos.
Señor Dios, que nos has dado a la Virgen María
como modelo de amor sublime y de gran humildad,
concede a tu Iglesia que, siguiendo como ella el precepto del amor,
se entregue plenamente a tu gloria y al servicio de los hombres,
y se manifieste ante todos los pueblos como sacramento de tu amor.
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