Orar con María, Orar a María

María, la pobre de Yavé

 

Fray Martín Irure, ofmcap.

 

Ambientación

 María alaba las maravillas de Dios realizadas en favor de los débiles y de los pobres. Entre éstos, tiene María su lugar propio y privilegiado. María entra en la historia de la salvación con su corazón pobre y desprendido. Ella ha puesto su vida en las manos del Padre. Por eso, puede proclamar abiertamente las bienaventuranzas de su Hijo. Ella es la primera bienaventurada, porque fue “la pobre de Yavé”.

Lectura de la Palabra (Lc 1, 53-55)

María dijo:
- A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.


Reflexión

Jesús y María fueron pobres. Pertenecían al grupo social de los humildes y sencillos,
dominados y sin prestigio, sin poder y sin recursos.
Nazaret era un insignificante caserío, olvidado en la despreciada Galilea.
La familia de María era una familia pobre.
María aprendió a vivir en pobreza, alegre en las carencias,
pues su confianza estaba en el Señor.
Por eso, puede cantar al Dios que derriba a los poderosos,
al Dios que enaltece a los humildes.
Es el mismo que da pan a los hambrientos y a los ricos los despoja de sus bienes.

María vive la espiritualidad de los “pobres de Yavé”,
que esperan sólo de Dios la protección y la salvación.
Ella espera y proclama la venida del misterio de Dios, la venida del Mesías de los pobres.

María vive el mensaje de las bienaventuranzas. Ella tiene espíritu de pobre.

La Iglesia de Jesús tiene en María su espejo y su ejemplo.
No se puede separar la verdad de Dios que salva de la otra verdad de Dios,
que es su amor preferencial por los pobres.

María canta y proclama a este Dios, que se acuerda de los pequeños y sin poder.
Los pobres son los preferidos del amor misericordioso del Padre, manifestado en Jesús.
Donde hay espíritu de pobre allí está la verdadera libertad y la auténtica liberación.

Oremos al Señor

Te damos gracias, Padre...

- Porque en María nos das el modelo de un corazón desprendido. Oremos.
- Porque en María nos das el espejo de una vida confiada en ti. Oremos.
- Porque en María nos das un testimonio vivo de entrega a los pobres. Oremos.

Oh Dios, Padre de todos, pero, sobre todo, de los sencillos y de los pobres,
que nos has dado en la Virgen María un testimonio vivo de corazón desprendido y entrega a ti,
concédenos que lleguemos a vivir, sin apegarnos a los bienes de este mundo,
para que sólo en ti pongamos nuestro tesoro.