Orar con María, Orar a María

María, Mujer Nueva

 

Fray Martín Irure, ofmcap.

 

Ambientación

A María la contemplamos asunta al cielo, glorificada junto a Dios. Llegó, como Jesús, a los cielos nuevos y a la tierra nueva. Y sigue, con todo, acompañando a la Iglesia en el camino hacia la patria definitiva. Porque supo vivir en la entrega confiada al Señor, hoy vive gloriosa y glorificada.

Lectura de la Palabra (Ef 4, 21b-24)

Les enseñaron como cristianos a renunciar a su conducta anterior y al hombre viejo corrompido por seductores apetitos. De este modo, se renuevan espiritualmente y se revisten del hombre nuevo creado a imagen de Dios, para llevar una vida verdaderamente recta y santa.

Reflexión

El hombre de ayer y de siempre anhela ver un mundo nuevo.
Todos los pueblos sueñan con el Hombre Nuevo, con la Mujer Nueva.
En Jesús, para los creyentes, radica el Hombre Nuevo. Para él y para nosotros.
En Jesús contemplamos el modelo, el ideal de lo que podemos llegar a ser.
Jesús nos revela a Dios y también nos revela cómo es el Hombre Nuevo.
En Jesús tenemos: el estilo y la clave del Hombre Nuevo.
Libre y entregado, audaz y sencillo, veraz y sin astucia,
dominador del pecado, fustigador de vicios.
Triunfante de la tentación, del pecado y de la muerte.
Él es la llegada de todos los caminos, que pisan los humanos
buscando la auténtica humanidad.

El esfuerzo por engendrar al Hombre nuevo, en cada uno, en la sociedad,
es la tarea primordial del cristiano en la historia.

María, unida en todo a Jesús, estrena en sí misma el ideal soñado de Mujer Nueva.
Ella se levanta desde la pequeñez de nuestro pueblo.
Y escala las mayores alturas del cielo nuevo. La primera creyente, la primera discípula,
la nueva Eva, la Madre de los vivientes con la vida nueva,
la Virgen Madre nos recuerda y apunta el ideal de Mujer Nueva.

Vencedora de todas las batallas, derrotó al maligno para toda su descendencia.
María es la obra perfecta, lo eterno femenino. Glorificada plenamente junto al Hombre Nuevo.

Revisión de vida

- ¿Vamos realizando en nosotros la tarea de morir al hombre viejo, es decir, al pecado?
- ¿Nos llenamos de esperanza por el futuro de gloria que nos espera?
- ¿Qué vamos haciendo en nuestra vida concreta, para que el Espíritu del Resucitado actúe y transforme nuestra conducta?

Oremos al Señor

Te damos las gracias, Padre...

- Porque con Jesús nos haces renacer a la vida nueva. Oremos.
- Porque en María nos das un modelo de vida en el Espíritu. Oremos.
- Porque en Jesús nos das la esperanza de la futura glorificación. Oremos.

Oh, Dios, que has constituido a la Virgen María, modelada por el Espíritu Santo,
en primicia de la nueva creación, concédenos abandonar nuestra antigua vida de pecado,
y abrazar la novedad del Evangelio, cumpliendo el mandamiento nuevo del amor.