Orar con María, Orar a María

María oyente de la Palabra

 

Fray Martín Irure, ofmcap.

 

Ambientación

A María siguió una trayectoria de fe a lo largo de su vida. Su existencia se vio sorprendida por el plan de salvación preparado por Dios. María fue elegida para colaborar en la realización de ese plan. Y así la vemos siempre a la escucha de la Palabra, que develará el misterio de Dios sobre los hombres.

Lectura de la Palabra (Mt 7, 24-27)

Dijo Jesús:
- El que escucha mis palabras y las pone en práctica, es como aquel hombre que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero, no se derrumbó, porque estaba cimentada sobre roca.

Sin embargo, el que escucha mis palabras y no las pone en práctica, es como aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, soplaron los vientos, se chocaron contra la casa, y ésta se derrumbó. Y su ruina fue grande.

Reflexión

Dos estilos de construir la casa. Dos modos de levantar la propia persona.
Sobre roca y sobre arena.
Escuchar la Palabra y ponerla en práctica es construir sobre roca.
Ni los vientos ni las lluvias, ni los huracanes ni las aguas la destruirán.

María acoge con fe la Palabra. Tal fue el sólido cimiento, inquebrantable,
de su propia edificación, ante Dios y ante los hombres.
El robusto edificio de su perfección lo levantó firmemente asentado.
La fe, fruto de la Palabra. La fe, respuesta obediente al mensaje de Dios.
La fe, que lleva a poner en las manos de Dios: persona y cualidades,
tiempo y bienes, presente y futuro.

María, porque creyó, concibió a Jesús antes en su corazón que en su vientre virginal.
Escrutó, la historia, meditó, admiró y alabó las maravillas de Dios en favor de su pueblo.
Porque escuchó atentamente la Palabra, la guardó en su corazón, la contempló y la oró.
Por eso, María creyó con firmeza.

Atenta a la Palabra, el Verbo, la misma palabra, se hizo carne y vida en ella.

Revisión de vida

- ¿Leemos personalmente y escuchamos en comunidad la Palabra de Dios?
- ¿La reflexionamos y la hacemos alimento constante de nuestra vida cristiana?
- ¿Tratamos de orar y poner en práctica de la Palabra?

Oremos al Señor

Escúchanos, Padre...

- Para que como María estemos siempre a la escucha de la Palabra de Dios. Oremos.
- Para que como María estemos atentos a los signos de la presencia del Señor en nuestra vida. Oremos.
- Para que como María guardemos en nuestro corazón y meditemos la Palabra. Oremos.

Oh, Dios, que enviaste a tu Hijo, Palabra de salvación y Pan de vida,
desde el cielo al seno de la santa Virgen, concédenos recibir a Cristo como ella,
conservando sus palabras en el corazón y celebrando con fe sus misterios.