La Virgen María

 

Camilo Valverde Mudarra

 

Admonición

En nuestra intervención, no podemos dejar de mirar a María, es una necesidad, hablar de Nuestra Señora, la Santísima Madre.

Cuenta el evangelista San Juan que Jesús y su madre fueron invitados a una boda:



"Y como faltase el vino, le dijo su madre a Jesús: "No tienen vino". Jesús le contestó: "A ti y a mí qué, mujer? Mi hora aún no ha llegado”. Pero, la madre, intuitiva y conocedora, dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2, 3).



Sabemos que la mujer está dotada de una profunda observación. Las mujeres tienen un doble sentido de atención y agudísima intuición. De ahí, que fuera la Virgen la primera en darse cuenta de que se había acabado el vino. Y, pendiente de los demás, acude a remediar el apuro en que iban a quedar los familiares. 

¡Con qué finura, con qué delicadeza, se acerca a Jesús y le expone el problema! ¡Y con qué seguridad y confianza en lo que estaba haciendo!, les dice a los servidores: "¡Haced lo que Él os diga!". A pesar de la respuesta, un poco airada, del Hijo, Ella les da la orden y no toma en cuenta aquella contestación. Conoce a Jesús, sabe quien es y lo que hace. Y a su madre, además, no le va a negar su petición.

Estas dos ideas: "Haced lo que Él os diga" y su mediación amorosa, son las que debemos retener y meditar esta hoy.

La Virgen, como todas las madres, aconseja continuamente a sus hijos: "haced lo que Él os diga". Y nosotros hijos buenos y obedientes atendemos su consejo y nos hacemos amigos de Jesús Hijo y, siempre, hacemos lo que Él nos dice en su Evangelio. Por ello, lo leemos a diario y meditamos su mensaje y lo ponemos en práctica en nuestra vida. "Si permanecéis en mi doctrina, sois de veras discípulos míos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Yo os he dado ejemplo para que hagáis vosotros como yo hice. Felices vosotros si practicáis ya estas cosas que sabéis" (Jn 8,31).

La Virgen de los Remedios es mediadora entre su Hijo y los hombres. Es esta una de las advocaciones más hermosas que se le ha dado a la Santísima Virgen. Ella es el remedio, el alivio, la solución, la ayuda en los apuros y dificultades. Estando Ella presente, teniéndola por convidada siempre en nuestra vida, Ella se da cuenta de lo que necesitamos y le va a decir a su Hijo: Mira, que a este le falta el vinote tu salvación. Entonces, Él, aunque sea a regañadientes, se levanta y llena nuestras ánforas del buen vino del amor a Dios y al prójimo.

Amigos, que la Virgen de los Remedios nos remedie a todos en nuestras faltas.