María, motivo de unión entre católicos, ortodoxos y protestantes

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Con motivo de los cincuenta años de la definición del dogma mariano de la Asunción, se realizó en Roma el primer Foro Internacional de Mariología, en el que participaron teologos de todo el mundo y de diversas confesiones cristianas. En él se analizaron los motivos que llevaron a la Iglesia católica a pronunciar esta definición dogmática, la influencia que tuvo en la teología del postconcilio Vaticano II, y el significado que tiene para la cultura contemporánea.


La postura de los cristianos ortodoxos


El vicario general de la Iglesia ortodoxa rumana, Juvenalie Jonascu, dijo que «la Iglesia ortodoxa venera a María al igual que lo hace la Iglesia católica. Ahora bien, por lo que se refiere a la Asunción, como lo recuerda explícitamente la Sagrada Escritura, considera que no es un dogma, sino un dato de fe. Todos testimonian que la Madre de Dios fue llevada al Cielo».
Por lo que se refiere al significado de este misterio cristiano, el líder ortodoxo explicó: «Para nosotros la Madre de Dios es la reina y, al mismo tiempo, la humilde sierva que supo acercarse a Dios. Ella es el medio que Dios utilizó para asumir nuestra misma substancia y vivir nuestra experiencia, para ofrecernos la posibilidad de la divinización».


La postura de un pastor portestante


Por su parte, el pastor Renzo Bertalot, teólogo de la Iglesia valdense, confesión cristiana surgida en el siglo XII, antes de Martín Lutero, en Lyón (Francia), pero que se sumó después a su corriente reformadora, explicó también a Radio Vaticano: «En el pasado ha habido entre católicos y protestantes una posición contrapuesta en torno a la figura de María. Con el desarrollo del movimiento ecuménico, de manera particular después del concilio Vaticano II, se ha tratado de abrir un diálogo sobre todos los argumentos. Ciertamente el tema de María no es el más fácil, pero el diálogo se ha afrontado. El Grupo de Dombes ha insistido en constatar que María ha sido ciertamente motivo de contrastes, pero nunca de separación o división contrapuesta entre los cristianos».
Y sobre el dogma de la Asunción dijo: «Si se toma como punto de partida la expresión 'Llena de gracia' y se entiende 'sólo como gracia', entonces es Dios quien tiene la iniciativa. En este sentido, podemos tratar de recorrer un camino común católicos y protestantes. Los dogmas marianos, pueden leerse en este sentido». 
Y finalizó: «Está claro que ortodoxos, católicos y protestantes tienen dificultades en el lenguaje con que expresan este dogma, pero si vamos más allá de la forma, y buscamos la sustancia que es la unidad en Cristo, el testimonio del Reino de Dios, nuestro ser en Cristo, entonces se puede dar un empuje nuevo que ya no es un empuje de separación, sino un empuje de comunión recíproca en la unidad y en la diversidad».

Fuente: elobservadoronline.com