Llamada María

 

 

Camilo Valverde Mudarra



Sus padres, Joaquín y Ana, le impusieron el nombre de María. Una sola mujer se encuentra con este nombre en el Antiguo Testamento, la hermana de Moisés llamada también María. En hebreo Miryam o Maryam procede del verbo marah en la acepción de dominar, con lo que María significa señora. En tiempo de Cristo, la lengua vulgar era el arameo, en que María es lo mismo que Marya con el sentido de Señora. Miryam es una palabra compuesta de Mir, contracción de Me’ir = el que ilumina y de Yam por Yah, contracción de Yahvé; así María viene a significar Yahvé ilumina o luz, brillo de Yahvé. Según San Jerónimo, vendría de una palabra aramea que significa mar, con lo que puede indicar "luz", "luminaria", o "estrella del mar". Según Filón, tiene la acepción de "esperanza, excelsa, sublime, iluminada, iluminadora". Otros se inclinan por "robusta, pulcra, bella, luminosa, graciosa".

Según las diversas etimologías aceptadas por los autores, el nombre de María se ha relacionado con gran variedad de significados. Es muy difícil precisar la carga semántica más apropiada y exacta. Sin embargo, todas las interpretaciones aportadas convienen a la Virgen. El sentido de "muy amada" le cuadra a María por ese amor extraordinario con que fue amada por Dios; después de Jesucristo, hecho hombre, es la criatura más amada de Yahvé. Se le ha dado también la significación de "mar amargo": mar, porque es océano de todas las gracias y dones del Espíritu Santo; y amargo, por el cúmulo de dolores acerbísimos que sufrió en la pasión y muerte de su Hijo. "Estrella del mar", significado que corresponde a la Santísima Virgen, como faro luminoso para todo el que navega por este mar proceloso de la vida; y, así mismo, es, para el navegante, "estrella luminosa", "faro resplandeciente" que señala el Norte de nuestro viajar en la vida. Se le ha asignado la idea de "esperanza", Ella dio a luz al Hijo que es la Esperanza de toda la humanidad; y es la madre de nuestra Esperanza. Hay quien indica la relación con "lo excelso, lo sublime", por haber sido elevada a la dignidad de Madre de Dios, que excede la dignidad de toda criatura, después de la naturaleza humana de Jesucristo.

Se tiene noticia de que este nombre era tenido en gran veneración y que, por ello, no se le impuso a ninguna otra mujer. Esto mismo debió ocurrir con los nombres de Abrahán, Isaac, Jacob, Moisés.

María era originaria de la tribu de Judá, de la real familia de David, y de escasos recursos económicos, como se comprueba en los hechos narrados por los evangelistas. Era, una israelita judía. Así dice San Mateo: «Estando juntos los fariseos, les preguntó Jesús diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿De quién es Hijo? Diciendo, de David» (22,42). Los mismos niños judíos en la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén clamaban diciendo: «Hosanna al Hijo de David» (Mt 21,9). Y, en San Lucas, podemos leer: «He aquí que concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús. Éste será grande y le dará el Señor Dios el Trono de David su padre» (1, 3132). Por su parte, en el Apocalipsis, se dice de Cristo: «He aquí el León de la tribu de Judá, la raíz de David que ha venido» Y dice Cristo de sí mismo: «Yo soy la raíz y el linaje de David» (22,16). San Pablo dice: «Acerca de su Hijo, que le nació, según la carne, del linaje de David» (Rm 1,3).Y, luego, vuelve a insistir: «Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de entre los muertos» (2 Tim 1,10). Y San Agustín, al respecto, afirma: «Diciendo el apóstol que Cristo procede, según la carne, no podemos dudar que también la misma Virgen María, nacida en la tribu de Judá, tenía consanguinidad con la estirpe de David» La misma Liturgia canta en el oficio de la Natividad de María: «Natividad de la Gloriosa Virgen María de la tribu de Judá y de la preclara estirpe de David».

Así pues, el Mesías era de la estirpe de David por la filiación propia y natural de María, y, también, por razón de la filiación legal de San José, perteneciente a la casa de David, y descendiente de Judá, de Jacob, Isaac y Abrahán. María es hebrea, hija de Joaquín y Ana, madre carnal de Jesús, el Maestro de Nazaret.