La Virgen del Carmen

 

 

 

Carmelo Borobia, Obispo de Tarazona, España

 

El día 16 de julio celebraremos la fiesta de Ntra. Sra. la Virgen del Carmen. La Virgen de Julio que tiene tantos devotos en nuestras parroquias, en muchas de las cuales se celebra con gran solemnidad esta fiesta. Una de las visitas a Tierra Santa fue al Santuario de la Virgen del Carmen “Stella Maris”. Desde allí se divisa la bahía de Haifa y San Juan de Acre vinculado históricamente a los Caballeros del Santo Sepulcro. Fue también allí desde donde el profeta Elías divisó la nubecilla que anunciaba la lluvia beneficiosa y que simboliza a la nube de la Virgen del Carmen.

Nuestra Madre la Virgen, es la Madre de la Iglesia, la discípula de Jesús, el mejor Evangelio Vivido, y es, una vez asumpta al cielo, la Madre intercesora de gracias para las personas y familias cristianas, todos reconocidos hijos suyos por el don inmerecido de la fe. Como primera discípula de Jesucristo la seguimos en nuestras vidas obedeciendo a las magníficas palabras que pronunció en las Bodas de Caná “Haced lo que Él os diga”.

Gracias al cumplimiento de este mandato seguimos como Ella el camino de Jesús: camino de humildad en la vida, de obediencia a su Palabra, de seguimiento fiel a Dios Padre, de vivencia de una vida de amor y justicia, de entendimiento con todos los hombres hermanos nuestros para instaurar la paz en las comunidades y en el mundo.

La Virgen bajo la advocación del Carmen es intercesora nuestra ante Dios Padre. Ella nos acompaña constantemente en nuestra vida. En las alegrías y en las penas, en la soledad y en la compañía. Siempre recurrimos a Ella para que intervenga en nuestro favor. ¡Cuántas veces recurrimos a Ella! y ¡cuánta seguridad, fortaleza y esperanza encontramos en Ella y por Ella! Que también la experimenten los enfermos, los que se sienten solos, los que no experimentan la cercanía de Dios, los pobres... todos los que necesitan el cariño como es el de una Madre.

¡Y cómo no recordar en esta fiesta el escapulario del Carmen!, signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la orden carmelita, en la esperanza de su protección maternal. Que Ella nos proteja, nos revista de su Amor, para que nosotros podamos experimentarla en la intimidad y poder así llegar a la unión con Dios por el seguimiento de Jesucristo.

Un recuerdo especial a todos los que llevamos el nombre de la Virgen, Carmen o Carmelo. También para los dos monasterios de monjas Carmelitas de nuestra Diócesis, felicidades en su fiesta y gracias por todas las oraciones que de ellas recibimos.

La misa de la fiesta, las procesiones, las novenas del Carmen, Patrona de la marina española, nos acercan al Amor de la Virgen. Celebración que enmarca el verano entre esta fiesta y la del 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María. La Virgen preside nuestro verano caluroso cuando disfrutamos del merecido descanso y vemos madurar las uvas que cultivan nuestros agricultores con especial cariño y trabajo. Que la Virgen del Carmen nos conceda a todos alegría, felicidad y nos haga llegar a Cristo, monte de nuestra Salvación.

Con mi afecto y mi bendición
+ Carmelo Borobia, Obispo de Tarazona